jueves, 21 de marzo de 2013

Pauta para la realización de una Revisión de Vida

Queremos compartir un esquema para el desarrollo de una RdV, teniendo en cuenta que es solamente una posibilidad de un universo de factibilidades, también tenemos en cuenta que cada fraternidad llega a la formulación de una RdV que mas les convenga a través de la experiencia continua de la misma. Desde este humilde blog, queremos animar a las fraternidades y hermanos o hermanas a que se inicien o retomen esta experiencia espiritual de caminar en comunidad la vida en el resucitado.

I. Objetivos


1. Dejar aparecer los motivos de fondo de nuestras opciones.
2. Reconocer a Jesús resucitado que camina con nosotros (camino de Emaús, Lc 24, 13-25).
3. Dejarnos configurar como personas y grupos que contemplan el paso de Dios en la vida.
4. Hacer que la vida y acción de los participantes sean el corazón de la Revisión de Vida (RdV).
La RdV hace posible el vínculo de la fe y la vida, haciéndolas arraigar en la experiencia eclesial, de forma que nos lleve, en un primer momento, a un cambio de actitud y de mentalidad, a la conversión personal, a fin de que desemboque en una acción, a la vez transformadora y evangelizadora del medio y de nosotros mismos.

II. Actitudes
1. Se toma conciencia del valor que Dios da a nuestra vida y a la de los jóvenes.
2. La RdV se hace en un clima de acogida y de oración. También se puede hacer un rato de oración explícita al finalizar el juzgar, que prepare el actuar.
3. Se lee la Palabra de Dios no como receta, sino como regalo que Dios nos da a través de la Iglesia.
4. Se hace experiencia de la muerte y resurrección de Jesús. Siempre ha de brotar la vida. Hay que aceptar la realidad de muerte, de pecado, de fracaso.
5. Se harán presentes el Proyecto Personal de Vida y el Proyecto Comunitario o de Grupo.
6. Debido a la invitación a la conversión, también se puede recordar la participación en el sacramento de la reconciliación.
7. El compromiso ayuda a seguir avanzando en el camino de Jesús. La acción militante es fruto de la gratuidad.

III. Esquema
Rueda de hechos: Debe ser pensada y reflexionada antes de la reunión. No debe ser sólo el repaso de la semana o una comunicación de estados de ánimo.
Hay que partir de acciones, situaciones de vida, decisiones a tomar, etc.
No se revisarán sólo cosas negativas, conflictivas, problemáticas, etc. También las positivas, avances, etc.

VER
Aclaración: pretendemos mirar la vida y la acción desde la fe.
1. Exposición amplia del hecho (circunstancias, personas, reacciones, colectivos, etc.).
2. Aspectos personales, familiares, laborales, sociales, políticos, económicos, etc., Que intervienen.
3. Consecuencias del hecho:
• A quien afecta, resultados, transformaciones, reacciones de otras personas, etc.
• Repercusiones en los colectivos, asociaciones y movimientos eclesiales, y en nosotros.
• ¿Ha hecho crecer o ha impedido avanzar el Reino de Dios? (Mc 4, 26-32).
4. Causas del hecho:
• ¿Qué provocó el hecho?
• ¿Qué responsabilidad tengo, qué responsabilidad tienen otras personas en que se produjera el hecho?
• ¿Qué opciones e ideologías refleja el hecho? Tratamos de hacerlo objetivamente, teniendo en cuenta que buscamos las causas y no quién tiene la culpa (Lc 13, 1-5).
5. ¿Qué aspectos positivos y negativos descubrimos en el hecho?

JUZGAR
Aclaraciones: Pretendemos que resuene en el hecho la experiencia de vida y la Palabra de Dios. Referencias a tener en cuenta: Proyecto Personal de Vida, el Proyecto Comunitario o de Grupo, etc.
Tradicionalmente se ha comenzado el juzgar con los "hechos paralelos". Esto no quiere decir que cada uno cuenta un hecho que se le parece (no hay dos hechos iguales), sino que comunica en que se siente interpelado, implicado, admirado o reflejado.
1. Pensamos y compartimos alguna situación, reacción o actitud vivida personalmente y que tenga que ver con el hecho.
2. ¿Qué pensamos de todo lo que hemos descubierto en el ver, y desde qué criterios y opciones pensamos así?
3. ¿Qué valores o contravalores de la experiencia de vida cristiana, asociativa, liberadora, etc, se dan y se juegan en el hecho? ¿Qué descubrimos en relación a los objetivos del Proyecto personal y de grupo? ¿Cuál de estos valores quiero vivir, y por qué?
4. ¿Qué dice la Palabra de Dios sobre todo esto? recordar algún milagro, parábola, gesto, enseñanza, etc, de Jesús, que ilumine lo que hemos descubierto hasta ahora. (Se puede hacer un corto EDE en el contexto de la RdV sobre el texto que nos ha parecido más apropiado).
¿En que hemos descubierto la presencia y el acompañamiento de Jesucristo?
Ahora es el momento que Jesucristo pregunta: "¿Qué quieres que haga?" (Lc 18, 41). Expresamos en voz alta al Padre lo que necesitamos.

ACTUAR
Aclaraciones: Pretendemos responder a la invitación que Dios nos hace a crecer ya dar a conocer su Reino (Mt 28, 18-20; Hch 1, 3-8).
No debemos tener el actuar decidido previamente, ni dar consejos. Tenemos que estar abiertos al Espíritu, que nos ayudará a descubrir cuál es la voluntad de Dios.
1. ¿Qué nos proponemos hacer o cambiar?
2. ¿Qué objetivos nos planteamos a corto o largo plazo?
3. ¿A quién implicaremos en la acción o en nuestro compromiso?
4. ¿Cuándo lo revisaremos?

IV. Pautas para el responsable de fraternidad y para el sacerdote acompañante


Responsable de fraternidad
1. Lleva la reunión y anima la RdV.
2. Prepara la RdV y hace el seguimiento: con quien revisa, con el sacerdote acompañante. La relectura de la RdV le sirve para el Cuaderno de Vida y para la oración personal.
3. Procura que se tengan en cuenta las opciones del Proyecto Comunitario o de Grupo, etc.
4. Procura no olvidar los objetivos de la RdV y los de cada paso (Ver, Juzgar, Actuar).
5. Vela porque a lo largo del curso todo el mundo pueda revisar.

Sacerdote acompañante
1. Acompaña el proceso espiritual y humano personal y de grupo que sucede en la RdV.
2. Confía en el responsable y le apoya, preparando la RdV con él.
3. Acompaña a los participantes desde su experiencia de fe y de adulto (1 Co 14, 20; He 6, 1-6), suscitando el reconocimiento de Dios vivo y presente en la vida, en la acción y en la misma RdV, porque salgan transfiguradas (Mc 9, 2-13; Jn 20, 28). Por ello, escruta el Espíritu trabaja.
4. Ayuda a los participantes a formular con las propias palabras su encuentro con Dios (Jn 4, 42; 1 Jn 1, 1-3).
5. Aporta al grupo la memoria y la experiencia de la Espiritualidad de Nazaret, de la Iglesia y del mundo.
6. Procura no recurrir siempre a los mismos textos bíblicos para que, cuanto mayor sea el conocimiento que los participantes tengan de Jesucristo, mejor le seguirán y estimula que ellos también recuerden textos bíblicos.

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