domingo, 17 de enero de 2021

Sabías que?...

Foucauld es el padre del desierto contemporáneo.

Para encontrar el sentido de la vida hay que descalzarse como hizo Moisés en el monte Sinaí. Hay que entrar en el silencio del corazón. Charles, vincula el desierto a la conversación amorosa del alma con Dios, para que después se pueda encontrar con el amor de Dios en la propia vida y con la misión.

 Foucauld, es el ideal de la evangelización a través de la vida, “pregonar el Evangelio a través de su propio vivir”.

Vida que encuentra todo su sentido en el servicio más desinteresado. Vida ofrecida, en acción de gracias y en comunión, a todos los sedientos de Vida.

Foucauld “es Nazaret”.

De Foucauld releva la extrema humildad de vida que debió haber llevado Jesús en “el pobre taller del carpintero José” con todas “las inconveniencias de la gente pequeña” y los bienes que resultan de vivir completamente apartado del “crédito, la influencia, los honores y el poder”.

Foucauld se “inculturó”.

Él cultivó la amistad con todos los que se acercaban a su casa, Las personas con las encuentra también tienen libertad y dignidad y los invita al diálogo más que a imponer sus propias convicciones; se encuentra con la libertad de Dios, que se ha manifestado a esas personas por unos medios que le son desconocidos.

Foucauld es oración contemplativa.

Crear una relación de amistad, de confianza, de intimidad con el Modelo Único, él lo llamó “Mi Bien amado Hermano y Señor”. Connotación de fraternidad y adoración.

Foucauld es la “desolación”.

No tuvo ningún seguidor. No logró convertir a ningún musulmán, visto desde los parámetros habituales, fue un total fracaso. Hoy su familia espiritual es inmensa, Charles es hoy lo que quiso ser entonces: el hermano Universal.

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