domingo, 9 de marzo de 2025

Un obispo que viene del monte...

El pasado 2/03/2024 fue consagrado cómo obispo el padre Juan Ignaciio Liébana, cercano a nuestra espiritualidad y con toda la esperanza de ser junto a su nueva comunidad de Chascomus camino al corazón del Padre junto a la Santa madre de Huachana...

Palabras del Padre Obispo Juani..

 
Quiero entender mi vida, como una ofrenda de Dios para su pueblo, como hace un mes José Luis obispo de Añatuya decía a los peregrinos en Huachana. Quiero ser ofrenda, quiero entregar mi vida, de corazón, a esta tierra santa que Dios tenía reservada para mí.

La figura de San Carlos Foucauld, presente en el corazón con la cruz de la mitra, expresa mi deseo de ser un hermano universal, amigo cercano, en el amor a Jesús Eucaristía, en adoración reposada, que nos mueve a exponernos también nosotros a Él y a los demás, para entregarnos como pan partido para ser comido y compartido.

Mi corazón viene cargado con toda la fuerza de la fe del pueblo de Dios que peregrina en Santiago del Estero, en la diócesis de Añatuya, materializado en:



-el báculo
, tallado por un hermano privado de la libertad, en Campo Gallo, como signo de que Dios puede transformar nuestra historia de muerte y pecado en historia de vida y de salvación, hecho con madera de algarrobo, árbol que cobija, da sombra y protege de la intemperie y de los fuertes calores...

-la cruz pectoral artesanía de una alfarera de Santiago con tierra santa de Huachana, signo de que llevo un tesoro en vasijas de barro y como deseo de dejarme moldear por Dios, a través de las manos de ustedes, mi querida comunidad de Chascomús...



-el anillo con las hojas de algunos árboles muy significativos de Santiago: que expresa el deseo de tener la firmeza y la fortaleza del quebracho colorado, y, a su vez, la capacidad de acogida y de amparo, de sombra y de resguardo del chañar, del guayacán y del algarrobo.



-La flor de cuatro pétalos, tonali, presente en el vientre de María de Guadalupe, nos recuerda la dignidad infinita de todos, somos morada de Dios, sagrados por el misterio trinitario que nos habita. Símbolo presente en el anillo, en el reverso de la mitra y en el escudo episcopal...



Comienzo hoy, junto a ustedes, el ministerio episcopal, con confianza, entusiasmo y humildad. No quiero alargarme mucho, ya tendremos tiempo de conocernos, escucharnos y dialogar juntos. Simplemente deseo presentarles un triple anhelo: el de ser una Iglesia orante, fraterna y misionera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario