domingo, 22 de enero de 2023

Una pequeña autobiografía del Hermanito Oswaldo Curuchich...

 30 AÑOS SIGUIENDO AL HERMANO UNIVERSAL

GRATITUD A LOS SACERDOTES ANTONIO BERNASCONI Y ANTONIO CHEX...

Este domingo 15 de mayo será canonizado el Beato Carlos de Foucauld, frère Charles de Jesús, más conocido ahora como el Hermano Universal. 

Por eso deseo compartir con mis amigos parte de la historia que forma también parte de mi experiencia personal.

En 1992 estaba finalizando mis estudios de Bachillerato en el Colegio Seminario San José (Xela) y aún no estaba seguro acerca de dónde continuar mis estudios superiores: había excluido una carrera universitaria y también había comprendido interiormente que ser sacerdote diocesano no era mi vocación. 

Mi director espiritual era el P. Carlos Quintana de los padres Benedictinos nuestros formadores, y él me animaba a seguir la vida religiosa porque decía que muy probablemente esa era mi vocación. Pero yo no conocía otras comunidades además de la comunidad benedictina y me daba cuenta que muchos entraban y luego se salían, la comunidad no crecía… 

Viendo que no tenía yo las ideas claras P. Carlos me aconsejó “esperar la llamada del Señor, sin prisa”. Los meses pasaron rápidamente y nos graduamos en el mes de octubre.

Poco tiempo después entré en contacto con el P. Antonio Chex, un buen amigo de mi papá y yo lo conocía muy poco. Ese encuentro fue para mí providencial porque el P. Chex fue el primero que me dio los primeros conceptos importantes acerca de los sacerdotes diocesanos y los religiosos; “una de las características principales de todos los religiosos es RENUNCIAR, dejar todo y seguir a Jesús sin conocer el camino”. 

El P. Antonio había regresado de Roma después de dos años de estudios; en ese periodo había conocido a los discípulos de Carlos de Jesús. 

En Guatemala desde hacía varios años vivía un sacerdote italiano, el P. Antonio Bernasconi, que colaboraba mucho con la Conferencia Episcopal y la Iglesia en Guatemala. Vivía precisamente en la Casa Betania en el centro conocido como “El Vaticanito” y en la entrada de su casa aparecía esta frase JESUS CARITAS. Dos conceptos que comprendí mucho mejor con el pasar del tiempo: Betania como lugar de la amistad con Cristo y el símbolo de las fraternidades de Carlos de Foucauld. 

Sí, de hecho P. Antonio Bernasconi era muy apegado a dicha espiritualidad y soñaba con la presencia de una fraternidad en Guatemala. Tenía incluso una “Ermita” en Santa Rosa y decía que allí iban a vivir los Hermanitos… Años después durante una de sus visitas a Italia el P. Bernasconi se enfermó gravemente y en pocos días falleció en su tierra natal. 

Además de Bernasconi también otros sacerdotes conocen la espiritualidad de las Fraternidades.

Bernasconi y Chex, “sin darle vueltas al asunto” (digo yo), habían apostado en mi persona para una fundación en el futuro, porque ambos estaban convencidos que el mensaje de Carlos de Jesús era en plena evolución y que sería importante preparar el camino.  

Ellos me presentaron a la comunidad Piccoli Fratelli di Jesus Caritas porque los Hermanos también estaban intencionados en una fundación. Solamente después me enteré que en 1989 dos de ellos visitado estado en Guatemala y fueron huéspedes de P. Bernasconi… 

Recuerdo muy bien que en septiembre de 1993 viajé a Italia junto a Mons. Gerardo Flores (que falleció el 17 de febrero de 2022 a la edad de 97 años) para iniciar mi formación religiosa… 

En los primeros años todo parecía caminar según el proyecto humano: personalmente me adapté muy rápidamente; guardo siempre como un tesoro una lección de vida que P. Antonio Chex me dio: “Vas a estar en Italia y allí las cosas no funcionan como en Guatemala; vas allá para aprender y no para enseñar”. 

A finales de 1998 hice mi profesión religiosa perpetua en la Comunidad y las cosas iban madurando poco a poco. En esos años estaba estudiando teología en Roma, pero a finales de 1999 durante el último año de estudios me detectaron una enfermedad grave; una vez más, “sin darle vueltas al asunto”, los médicos me anunciaron que esa enfermedad iba a cambiar mi vida y que necesitaba estar bajo control médico de por vida.

«Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos –oráculo del Señor–. Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos están por encima de los suyos y mis planes de sus planes» (Isaías 55,8-9). 

En italiano hay un término gracioso: “una fregatura”. No encuentro una buena traducción, solo la idea: “cuando uno se queda hablando solo” (despistado); o la expresión: “le dieron gato por liebre” (sería un engaño); por ejemplo el caso del Patriarca Jacob que se enamoró de Raquel y trabajó 7 años para poder casarse con ella, pero al amanecer el esposo amaneció con Lía porque el suegro fue deshonesto y cambió la novia (Génesis 29), como diría mi abuelo Don Lucio Tuyuc: “el suegro le hizo chanchuy”… 

Pero cuando se trata de FE todo lo humano pasa en segundo lugar porque el término por excelencia es la PARADOJA la aparente contradicción: Cristo crucificado es un hombre muerto condenado como un malhechor; para nosotros es la fuente de la salvación… 

El proyecto de fundación en Guatemala nunca se ha eliminado y personalmente nunca me he desanimado, simplemente hasta ahora no ha estado entre los planes de Dios. Hemos dado la posibilidad a algunos jóvenes de Guatemala para conocer nuestra comunidad, pero después de un tiempo cada uno se ha marchado. Cuando la voluntad de Dios no coincide con la voluntad humana uno se siente como Jacob, ¡y eso nadie lo acepta!

Termino con la paradoja que fue la vida de Carlos de Jesús: ese hombre de Dios, vivió los últimos 15 años de su vida en pleno desierto (Argelia), único cristiano entre las tribus musulmanas, soñaba en tener compañeros o discípulos para evangelizar con el testimonio de vida; pero nadie aceptó vivir como él. Murió solo, asesinado en 1916 casi accidentalmente en el contexto de la Primera Guerra mundial, convencido de haber fracasado y haber soñado inútilmente. ¿Pero ahora? Es el Hermano Universal.

Aquí cabe bien la enseñanza de San Ignacio de Loyola: “Has las cosas como si todo dependiera de ti y confía en Dios como si todo dependiera de él”.

Quién sabe, tal vez un día el sueño de P. Bernasconi y de P. Chex, de nuestra Comunidad de aquí a un siglo se realizará. No hay prisa.

© Oswaldo Curuchich 

Dedicado a mi querida madre Cristobalina que sigue mis pasos en silencio. Felicidades también a todas las madrecitas en su día.

Imágenes y texto extraídos de Facebook:  https://www.facebook.com/profile.php?id=100008380208431





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