Sábado, 31 de mayo
******** FIESTA PATRONAL DE TODAS LAS FAMILIAS FOUCAULD
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"El nuevo elemento en las enseñanzas de Charles de
Foucauld en el misterio de Nazaret era que la vida oculta en Nazaret no era más
que una etapa en la formación de Jesús para su misión como Salvador , por mucho
que haya sido, pero fue también la salvación misma de que era ya empieza a
trabajar a través de él.
maría en la visitación"
Imagen de la visitación, pintada por el Hno. Carlos de Jesús |
(San Lucas 1,39-56)
“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a
la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a
Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo
el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con
gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y
¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis
oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha
creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y
dijo María:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de
corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia
por siempre.»
María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su
casa”.
María, ejemplo sublime de contemplativa, tiene la fortaleza
interior de estar seducida y arrebatada por Dios, su espíritu libre le impulsa
a hacer el bien, engendra caridad. De su amor encendido a Yavé y a los hombres emanaba esa abnegación y
caridad que era exigencia de su condición de esclava del Señor.
María
la mujer verdaderamente llena de gracia y se convierte en guía de nuestro caminar en el tiempo y
en el mundo. De ahí que mirando a María surja siempre en nosotros el deseo de
imitación y nos despierta grandes interrogantes de servicio tales como: ¿En
nuestras tareas cotidianas aprovechamos la ocasión para llevar a Cristo a los
demás? ¿Tenemos presente que la caridad, la delicadeza y el cariño son
elementos importantes en nuestra fe? ¿Las necesidades, sufrimientos, soledades
y angustias de los demás afectan mi vida o me dejan indiferente?
El Hermano Carlos de Foucauld, de manera espléndida, nos
presentará el eje axial de todo apostolado de la mano y a imitación de la
Virgen María.
Nos dirá: “Y yo no creo que pueda hacerles mayor bien que el de aportarles, como María en la casa de Juan, en la Visitación, a Jesús, el bien de los bienes, el Santificador supremo, Jesús, que estará siempre en medio de ellos en el Sagrario, y yo espero que en la Custodia, Jesús ofreciéndose cada día en su altar para su conversión; Jesús bendiciéndoles cada día en la Bendición, ahí está el bien de los bienes, nuestro todo, Jesús: y al mismo tiempo, aun callándonos, daremos a conocer a estos hermanos ignorantes, no por la palabra sino por el ejemplo, y sobre todo por la caridad universal, lo que es nuestra religión, lo que es el espíritu cristiano, lo que es el Corazón de Jesús” (Lettres à mes frères de la Trappe, p. 140).
Nos dirá: “Y yo no creo que pueda hacerles mayor bien que el de aportarles, como María en la casa de Juan, en la Visitación, a Jesús, el bien de los bienes, el Santificador supremo, Jesús, que estará siempre en medio de ellos en el Sagrario, y yo espero que en la Custodia, Jesús ofreciéndose cada día en su altar para su conversión; Jesús bendiciéndoles cada día en la Bendición, ahí está el bien de los bienes, nuestro todo, Jesús: y al mismo tiempo, aun callándonos, daremos a conocer a estos hermanos ignorantes, no por la palabra sino por el ejemplo, y sobre todo por la caridad universal, lo que es nuestra religión, lo que es el espíritu cristiano, lo que es el Corazón de Jesús” (Lettres à mes frères de la Trappe, p. 140).
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