miércoles, 6 de noviembre de 2013

Familia Espiritual Carlos de Foucauld en el mundo 1

A partir de este articulo vamos a publicar datos acerca de la Familia Espiritual Carlos de Foucauld en el mundo, sus origenes, estatutos, miembros, espero que nos ayude.


La Familia espiritual Carlos de Foucauld
Una familia numerosa
 Asociación internacional - Folleto 2006
Los orígenes.
A la muerte de Carlos de Foucauld en Tamanrasset, el 1º de diciembre de 1016, hay 49 inscritos, -uno de ellos el mismo Carlos- en la lista de miembros de la Unión de Hermanos y Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, en lo que trabajó para ponerla en marcha en los últimos años de su vida, y para la que escribió el Directorio. «Y todo quedó destruido a su muerte», escribe el P. Laurain, secretario de la Unión, y todos piensan que el grupo se va a extinguir apenas iniciado.
Todos excepto uno, Luis Massignon, un islamólogo que alcanzará fama mundial. Conoció a Carlos de Foucauld por primera vez en 1909, y mantuvo correspondencia con él hasta su muerte. Hace todo lo que puede para mantener con vida la Unión tan querida por su “hermano mayor”. Y lanza la Asociación Carlos de Foucauld, para la que obtiene la autorización del cardenal Amette. Y, sobre todo, “requisa”, según sus propias palabras, al novelista René Bazin para que escriba una biografía del hno. Carlos. Este libro, aparecido en 1921 con el título de Charles de Foucauld, explorateur au Maroc, ermite au Sahara, es el primero en trazar el retrato y en presentar lo esencial del mensaje de P. de Foucauld. De esta biografía es de donde van a surgir grupos y congregaciones. Todos encontrarán apoyo y consejos en la Asociación y en Massignon.
Massignon se irá distanciando poco a poco de la Asociación, pero continuará animando hasta su muerte un grupo de hombres y mujeres, laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes, que se inspiran en la espiritualidad del Directorio. En 1947 le da al grupo el nombre de Sodalidad del Directorio. Este grupo de los orígenes se llama hoy Unión-Sodalidad y cuenta con miembros en todos los continentes.
Los primeros grupos
Cuando aparece el libro de René Bazin, son los laicos los primeros que escuchan la llamada que el hno. Carlos había hecho varias veces: «Harían falta cristianos como Priscila y Aquila, que hiciesen el bien en silencio».
Ya en 1923 Suzanne Garde  empieza a pensar en una presencia en el norte de África: «La evangelización la harían las mujeres. Comenzando por un dispensario, un taller, con todo lo que pudiera hacernos amables para los árabes». El Grupo Charles de Foucauld comienza así en Argelia, primero en Tlemcen y luego en El-Bayad, y a partir de 1945 en Dalida, cerca de la frontera con Túnez. Llegada la guerra de independencia se repliega a Francia, y en 1968 se establece en Bon Encontre, cerca de Agen.
Por los mismos años nacía en Túnez el grupo de Infirmières de Notre Dame de Cartaghe  (Enfermeras de Ntra. Sra. de Cartago), bajo el impulso del obispo de Cartago y Túnez. El mismo obispo había dado en 1924 “el hábito de Carlos de Foucauld” a Charles Henrion y a Émile Malcor. Los últimos miembros del grupo de enfermeras tendrán que replegarse a Francia en 1961 (con el P. Henrion), y se establecen en Villecroze, en el Var. Actualmente vive una hermana, en una residencia de ancianos, pero el grupo como tal no existe ya.
Siempre en el mismo período, en 1927 el P. Albert Peyriguère se establece en Marruecos (primero había intentado vivir en Argelia con un compañero, siguiendo la Regla escrita por Carlos de Foucauld en 1899). Allí se quedará en el Atlas Medio marroquí, hasta su muerte en 1959; el P. Michel Lafon continuará esta presencia de “monje-misionero”, según la expresión de C. de Foucauld que el P. Peyriguère había hecho suya.
Algunos años más tarde aparecen las primeras comunidades religiosas. En agosto de 1933, en torno a la Hna. Marie-Charles nace la fraternidad de Hermanitas del Sagrado Corazón, cerca de Montpellier. Un mes más tarde, Rene Voillaume y otros cuatro hermanos  toman el hábito de los Hermanitos de Jesús, y fundan su primera fraternidad en Argelia. En 1939, en Argel, pronuncian sus votos como Hermanitas de Jesús la Hta. Magdeleine y una compañera, y se establecen en Touggourt, entre los nómadas. Con distintos matices los tres grupos quieren ser comunidades contemplativas y misioneras. Los Hermanitos de Jesús y las Hermanitas del Sagrado Corazón vivirán primero de una forma más bien “monástica”; Los años que siguieron a la segunda guerra mundial, para los primeros, y el Concilio Vaticano II, para las segundas, traerán un cambio de estilo de vida y la constitución de pequeñas fraternidades en ambientes populares, como ya vivían las Hermanitas de Jesús. La palabra clave es “Nazaret” como forma de vida religiosa: para buscar el rostro de Dios, seguir el camino que Jesús siguió, el de compartir la vida ordinaria en el día a día. Se establecen fraternidades en los cuatro vientos del planeta, en ambientes desfavorecidos o degradados.
Hay que mencionar también, aunque el grupo ya no existe, a la Union des Nazaréennes de Charles de Foucauld (Unión de Nazarenas de C. de Foucauld), fundada en 1947 por Magdalena de Vimont, en Burdeos. Quedó impactada por la lectura del Directorio y por el contacto con los enfermos mentales, a los que se dedicó primero el grupo.

Publicación de En el corazón de las masas, y nuevas iniciativas
En 1950 el P. Voillaume publica En el corazón de las masas. Este libro presenta el modo de vivir de los Hermanitos de Jesús y su manera de seguir al P. de Foucauld y de entender su mensaje. Y porque parece que es necesario explicar lo que en ese momento aparece como novedad, insiste sobre la vocación de todo cristiano a una vida de amistad con Dios y sobre los caminos a tomar para una vida “contemplativa” en el corazón del mundo. La influencia de este libro será considerable y será traducido a numerosas lenguas; a través de él conocerán muchos a C. de Foucauld y su espiritualidad. El P. Voillaume ayudará con sus consejos a los grupos que apareen en este período.
También en 1950 Mons. de Provenchères, obispo de Aix-en-Provence, reconoce oficialmente la Fraternidad Secular Charles de Foucauld (llamada al principio “Fraternidad Charles de Foucauld”). Pero de hecho, muchos años antes en varias ciudades de Francia grupos de cristianos (hombres y mujeres, solteros y casados, laicos y sacerdotes) habían adquirido la costumbre de reunirse con regularidad para ayudarse a seguir a Jesús y a vivir el Evangelio con el espíritu de C. de Foucauld. La Fraternidad Secular está hoy muy viva en todos los continentes, y cada año nacen grupos nuevos. Es el grupo más numeroso de la “Familia”. En el seno de este grupo, algunos sacerdotes se acostumbraron a reunirse aparte con el deseo de dar a su vida y su ministerio presbiteral el estilo evangélico de C. de Foucauld. Así nació en 1951 la Unión sacerdotal, que en 1976 tomará el nombre de Fraternidad Sacerdotal Iesus Caritas. Hoy está presente en todos los continentes.
Por los mismos años, algunas jóvenes cristianas sienten la llamada a una vida contemplativa vivida en celibato, vinculada con votos, conservando sus compromisos socio-profesionales y sin adoptar la forma de una vida religiosa en comunidad. Así nace en 1952, en torno a Margarita Poncet la Fraternidad Iesus Caritas, que será reconocida oficialmente como Instituto Secular femenino. De este grupo nacerá en 1991 la Fraternidad Charles de Foucauld, asociación de mujeres laicas comprometidas con el celibato.
A partir de la experiencia de los Hermanitos de Jesús, el P. Voillaume piensa en unas comunidades que pudieran encargarse de extender la Buena Nueva entre las poblaciones más desfavorecidas y preocuparse de su promoción humana. Y funda en 1956 los Hermanitos del Evangelio, y luego, en 1963, las Hermanitas del Evangelio.

La reunión de Beni-Abbés de 1955 y la Asociación.
Ante este florecimiento de grupos vinculados al P. de Foucauld, se ve la necesidad de una «reunión que concrete la unidad fraternal dentro del respeto a las distintas vocaciones, en la fidelidad común al mensaje dejado por el Hno. Carlos» (hermanita Magdeleine). Por otra parte, en el contexto de la descolonización algunos grupos, sobre todo en Francia, tratan de hacer de Carlos de Foucauld el defensor de la “civilización cristiana” contra la marcha hacia la independencia de los pueblos del Magreb. Surge también el deseo de crear una Asociación representativa que pueda responder y explicar que el mensaje del “hermano universal”no se debe deformar para utilizarlo con fines contrarios a sus intenciones.
Así pues, se organiza una reunión en Beni-Abbés, del 14 al 16 de noviembre de 1955. En torno a Mons. Mercier, obispo del Sahara, anfitrión del encuentro, y de Luis Massignon, participan Mons. de Provenchères, obispo de Aix-en-Provence, amigo y protector de los distintos grupos desde el principio,  Mons. Duperray, obispo de Montpellier, el P. Peyriguère y representantes –muchos de ellos, fundadores- de los distintos grupos existentes en el momento. La oración y el intercambio marcan este encuentro-peregrinación. Allí se decide la creación de la Association Charles de Jesús –Père de Foucauld. Su objetivo: «expresar la unidad de la espiritualidad que anima a los distintos grupos que quieren ser seguidores del pensamiento religioso y la espiritualidad del Hermano Carlos; dar a conocer la figura y los escritos de su fundador; defender, llegado el caso, su memoria y el sentido de su mensaje contra las deformaciones a las que están expuestos». Se decide también que el boletín Iesus Caritas será el lazo de unión entre todos los grupos, expresando su espiritualidad común.
La asociación se llama hoy Asociación Familia Espiritual Carlos de Foucauld (“Association Famille Spirituelle Charles de Foucauld”). Normalmente, está abierta a acoger nuevos miembros. No es una característica esencial, pero resulta interesante destacar que todos estos grupos nuevos han nacido fuera de Francia, primero en Europa, y luego en otros continentes.
  
La "familia" sigue creciendo:
El 15 de agosto de 1966 es la fecha del nacimiento oficial de las Hermanitas de Nazaret, en Gante (Bélgica). Se trata de un grupo de jóvenes, comprometidas con el mundo obrero en la JOC, que quieren inspirarse al mismo tiempo en el mensaje de C. de Foucauld y en el del Cardenal Cardijn: encontrar una forma de vida religiosa marcada por el compartir la vida de los medios populares, y anunciar, con su modo de vivir y actuar, a toda persona con la que se encuentran,  que «su vida vale más que todo el oro del mundo».
También al principio de los años 60, en Cataluña (España), Pedro Vilaplana queda impresionado por la lectura del Itinerario espiritual de Carlos de Foucauld (de J.-F. Six) y por las cartas del P. Peyriguère. En torno a él se forma una comunidad de jóvenes que se consagran al Señor en el matrimonio –cada hogar constituye una fraternidad- o en una vida de celibato vivida en pequeñas fraternidades. Los primeros compromisos se hacen en 1968, constituyendo la Comunitat de Jesús.
En 1969, en la diócesis de Foligno (Italia), el obispo reconoce una pequeña comunidad surgida en su diócesis, la Comunità dei Piccoli Fratelli di Jesús Caritas, fundada por Giancarlo Sibilia. Se trata de sacerdotes que desean vivir en comunidad monástica con una fuerte vida fraternal, ejerciendo su ministerio pastoral para las diócesis.
A miles de kilómetros de allí, en Haití, nacen los Hermanitos y Hermanitas de la Encarnación (los primeros en 1976; las segundas en 1985), en torno a Francklin Armand y Emmanuelle Victor. En ese país, marcado por la pobreza y toda suerte de dificultades, quieren hacerse «campesinos con los campesinos a causa de Jesús y de su  Evangelio», y trabajar en la promoción y evangelización del mundo rural.
En la diócesis de Bangui, en la República Centroafricana, arranca en 1977 una comunidad religiosa femenina, las Hermanitas del Corazón de Jesús, En un país de los más pobres del planeta, sacudido por los disturbios políticos durante años, una presencia fraternal, entregada a la oración, acogedora para toda persona, poniéndose al servicio de la gente, constituye un espacio de paz muy bien venido.
En 1980 se constituye en Canadá una comunidad monástica, los Hermanitos de la Cruz, fundada por el P. Michel Verret (hno. Michel Marie de la Croix). Siguiendo a C. de Foucauld, quieren vivir en el marco del monasterio una vida fraterna “familiar”, abierta a la acogida y al acompañamiento de toda persona que se presente.
El último grupo recibido en la familia es un grupo fundado en Vietnam a principio de los años 80, con miras a convertirse en instituto secular. El nombre vietnamita cuyas iniciales son AEPS, significa Hermanos y Hermanas para el servicio. El grupo tiene una rama masculina y otra femenina, así como una rama de asociados.
¡Ahí está la gran familia de un hombre que murió solitario! ¡Y la familia de los y las que encuentran en Carlos de Foucauld un inspirador para su vida no se termina con la lista de miembros de la Asociación! Existen otros grupos, que frecuentemente se integran en la “Familia” en el plano local. Hay grupos que desaparecieron, otros que se están formando. Y muchas personas que no forman parte de ninguna organización, reconocen en C. de Foucauld a alguien animado por un soplo de Evangelio y de humanidad, que les llega a ellos también y los pone en marcha.
En cuanto a la Asociación, actualmente se reúne en Asamblea cada dos años. Es una ocasión para que los responsables de los distintos grupos s encuentren y se comuniquen. Entre asambleas, hay un equipo elegido por la Asamblea, que se encarga de la coordinación. Durante muchos años,  mientras vivían en este mundo, Mons. de Provenchères, el P. Voillaume o la Hta. Magdeleine marcaron fuertemente estas reuniones y la vida de la Asociación. Actualmente los responsables, que se suceden según las normas, mantienen estos encuentros con regularidad; tratan de ahondar juntos en el mensaje del hno. Carlos y de descubrir la riqueza y la variedad de las respuestas que presenta cada grupo. ¡Saben que son distintos, pero animados por un espíritu común, como el arco iris, que necesita todos los colores para alcanzar su esplendor.

1 comentario:

  1. Es admirable como es Espíritu de Dios a conducido a esta familia del Hermanito Carlos por caminos insospechados, asi es la presencia del Espíritu de Dios, no se sabe de vienen, ni a donde va, pero se siente sus presencia dando vida al mundo. Gracias Hermanitos y Hermanitas por su amoy y entrega derramada a lo largo y ancho de muestros sufrido mundo. Dios este siempre con ustedes.

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