martes, 23 de abril de 2013

El milagro del padre Armand en Haití.....

Reproducimos a continuación un reportaje publicado hoy en el diario Avvenire, en el que se narra la historia del padre Armand y su congregación de “Los Pequeños Hermanos de la Encarnación”. Son ellos los que están haciendo renacer Haití.



Es una persona jovial, escucha con atención a sus interlocutores. A cada poco se excusa por tener que responder a sus tres móviles. El padre Armand no se podría haber imaginado que cuando fundó la congregación de los “Los Pequeños Hermanos de la Encarnación”, le lloviera con el tiempo una tremenda responsabilidad.
Mientras vamos en el jeep que nos lleva a Pandiassou, en el centro de Haití, donde se han construido 20 nuevas casas para las víctimas del terremoto, recuerda la génesis de su trabajo: “En otro tiempo, Haití era un país rico, le llamaban “la perla de las Antillas”. La razón de su riqueza estaba en su tierra, una tierra fértil que podía garantizar prosperidad para todos sus habitantes. La agricultura fue siempre nuestra riqueza.
Y no puedo ahora aceptar que tengamos que importar lo que necesitamos con ayudas exteriores”. Partiendo de esta realidad ha creado una empresa agrícola que acoge cada año a 240 jóvenes.
Llegados a Pandiassou, el padre Armand, antes de la inauguración de las casas, quiere mostrarnos lo que realiza la congregación: un nuevo hospital, una escuela, una radio local, un orfanato, una depuradora de agua.
En el pequeño pueblo, recientemente construido, nos recibe una fila interminable de alumnos impecablemente vestidos con sus uniformes, acompañados de los habitantes de las casas y de la población del entorno. La ceremonia de la entrega de las llaves comienza.
De repente la conmoción es grande cuando una mujer, al recibir la suya, recuerda el terremoto, la destrucción de su casa, los muertos, la desesperación… Luego, con mucha emoción, los nuevos propietarios van entrando en sus habitaciones.

En estas veinte casas se alojarán 160 personas, y se alimentarán gracias a la electricidad producida por paneles solares que forman parte de un vasto proyecto “Techo y salud para todos”, que prevé la construcción de 100 nuevas casas, con la ayuda de una asociación humanitaria francesa.
El padre Armand nos conduce a un centro de acogida. Una serie de habitaciones con baño frente al mar. El lugar es ideal para descansar y meditar (muchas personas se acercan para hacer ejercicios espirituales). Este centro ayuda a financiar otros proyectos.
El objetivo del padre Armand es la autosuficiencia económica de la congregación. “Por el momento tenemos necesidad de donaciones para sobrevivir, pero queremos producir aquí actividad económica que dé trabajo a la población y generen beneficios para financiar nuestros proyectos y centros”.
Cuando le pregunto sobre el microcrédito en Haití, responde “sí, existe, y es una cosa positiva, pero prefiero otra forma de ayuda, porque la mayor parte de los beneficiarios del microcrédito abren un pequeño comercio, compran productos casi todos fabricados en el exterior y lo revenden.
No crean riqueza. Propongo otra forma de crédito “el crédito natural”: damos una vaca embarazada a un campesino, y más tarde él nos lo pagará con una ternera. Hemos creado un matadero, una carnicería. Creamos riqueza y al mismo tiempo damos trabajo a la gente”.


La obra del padre Armand es reconocida por todos, también desde fuera de Haití. En el año 2008, el Estado concedió a la congregación el título de “tesoro nacional viviente” y les ha confiado la realización de 165 presas de retención de agua para la irrigación, además de la gestión de un centro que acoge a niños de la calle de Port-au-Prince.
En este centro se encuentran 700 niños que vivían en condiciones terribles: mal nutridos, no se lavaban, dormían en el suelo o en cartones. Ahora, gracias a la congregación, viven en condiciones dignas, y una buena de parte de ellos se han escolarizado.
Cenamos en el complejo de la Petite Cazeau de Port-au-Prince, centro neurálgico de la Congregación y oasis de paz en la caótica capital. Antes de la cena, el Padre Armand nos ofrece un delicioso licor y nos habla de los centros de nutrición, donde la congregación distribuye cada día comida para 6.000 jóvenes. En el fondo, el padre Armand es como un padre de familia con sus hijos.
Padre de una familia, por cierto, muy numerosa.

Fuente: Francesco Gattoni
El link de la nota es el siguiente: 
http://www.adiciones.es/2013/04/22/el-milagro-del-padre-armand-en-haiti/
Link a la Pagina web de los Hermanitos y Hermanitas de la Encarnación:                
http://lincarnation.tripod.com/

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