...así de clarito debe ser:
"Es preciso gritar el Evangelio con la vida: toda nuestra vida, por más callada que sea, la vida de Nazaret, la vida del desierto, tanto como la vida pública, deben ser una predicación del evangelio mediante el ejemplo.
Toda nuestra existencia, todo nuestro ser debe gritar el Evangelio sobre los tejados; toda nuestra persona tiene que respirar Jesús, en todos nuestros actos.
Toda nuestra
vida, debe gritar que pertenecemos a Jesús, debe presentar la imagen de la
vida evangélica, todo nuestro ser debe ser una predicación viva, un reflejo de
Jesús, algo que grite “Jesús”, que haga ver a Jesús, que resplandezca como
imagen de Jesús."
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