Diseño de la casulla de ordenación del P. Carlos de Foucauld |
Reclama para sí como reconocimiento del camino
sacerdotal que Dios hubo de transitar en el corazón de nuestro Hermanito Carlos
de Jesús, trataremos de conocer medianamente esta marcha hacia el “servicio del altar entre los más pobres y
abandonados” que culmina una noche como la de hoy, pero hace 119 años
atrás.
Akbès
Deseamos comenzar por un hecho providencial en Akbès
durante la noche del 26 de marzo de 1896, los trapenses de Akbès, pobrísimo monasterio
donde residía por aquel entonces el hermano María Alberico escaparon por poco
de una masacre de los kurdos (exactamente,
100 años, antes del secuestro de los Santos martires de Thibhirine, sucedido el
26 de marzo de 1996).
Exactamente 100 años hermanaron a los mártires de Thibhirine y al Hno. María Alberico, en su seguimiento total a Jesús. |
Fue también en ese momento, tal vez a la luz de
lo que acababa de experimentar, que Hno. Carlos escribiría en sus meditaciones
sobre el Evangelio; la famosa meditación sobre las últimas palabras de Cristo
en la Cruz: "Padre mío, me pongo en
tus manos". Esta oración se
convertirá más tarde, en 1945, en la oración del abandono, testimonio claro y
descarnado de la espiritualidad nacida del fuego de la impronta foucaultiana.
Es cómo la Oración del Buen Pastor una oración de Jesús a su Padre, una oración
de ofrenda, de confianza, de abandono y de alabanza ...
En el otoño de ese mismo año, 1896, los
superiores de la trapa enviaron a Hno. María Alberico a Roma para continuar sus
estudios teológicos, después de pasar por la trapa de Staouélie en Argelia.
Desde su admisión, los superiores cistercienses
vieron las capacidades de aquel noble aventurero e inmediatamente lo imaginaron
sacerdote e incluso lo percibían superior de alguna trapa o un monje con
responsabilidades mayores dentro de la orden del Cister. Pero, debieron ir resignándose
poco a poco a los hechos de que Dios le reservaba un camino diferente a ese
monje callado, sumiso, trabajador y fervoroso, entonces luego de un largo
discernimiento el abad general dispensó a
María Alberico, de sus votos, y este regresa a los paternales consejos de la
dirección del padre Huvelin y juntos escribir un horizonte nuevo y virgen en la
búsqueda de la voluntad del Padre.
Nazaret
Madre Elisabeth, abadesa de Nazaret |
De acuerdo con el padre Huvelin, un nuevo y
liberado Charles de Foucauld, que solo aspira a vivir como el más pobre de los
más pobres, va a Nazaret en marzo de 1997, se emplea como dependiente en el monasterio
de las Clarisas, quienes le proporcionaran para vivir una pequeñísima cabaña en
el fondo del jardín.
Durante su estadía de tres años en el huerto de
las Clarisas de Nazaret, “el hermano Carlos de Foucauld” se dedica a realizar
tareas domésticas ligeras. Se descubre no muy bueno en el trabajo manual, especialmente
en jardinería. Era, según las Clarisas, incapaz de plantar una huerta.
Pero descubren las monjas en su empleado las
cualidades de un distinguido caballero, y un ser hambriento de Dios que
obstinadamente busca conocer a su “hermano mayor” alguien que ayuna casi continuamente
y regando así de mística sus meditaciones sobre el Evangelio. En ese tiempo escribió
el Reglamento para los ermitaños del Sagrado Corazón de Jesús.
Para Carlos, el Evangelio y Jesús están
íntimamente unidos, durante estos 3 años, Carlos fue un verdadero monje
ermitaño, en la simplicidad de este período de vida oculta se convirtió en un
discípulo total de Jesús. Es solo después de esta vida de imitación, que la
vida de un apóstol podría comenzar.
Y fue a través de la Eucaristía, cómo fruto de
sus largas jornadas de adoración simple y silenciosa de la Presencia de Jesús, Carlos
de Foucauld se dio cuenta que para responder a esta misión apostólica a la que
se siente llamado, tenía que asumir algo que al principio era reacio: la
ordenación sacerdotal. Decidió entonces ser ordenado sacerdote, persuadido por
la Madre Elisabeth, abadesa de las Clarisas en Nazaret.
Viviers
Mons. Joseph Michel Frédéric Bonnet Obispo de Viviers |
Regresó a Francia para prepararse a la
ordenación en la abadía de Nuestra Señora de las Nieves, fue ordenado sacerdote
el 9 de junio de 1901 en la capilla del Seminario de Viviers.
Asume para iluminar su vida sacerdotal el lema "Jesús Caritas", Jesús Amor,
Jesús Salvador a través de la Cruz, de
ahí el símbolo del corazón y la Cruz.
El estado de vida del Padre Carlos de Foucauld,
que ha convenido con Mons. Bonnet Obispo de Viviers diócesis a la que queda
unido por incardinación, será el de “sacerdote vago” cómo se conoce por el
Código de Derecho Canónico o como lo llamaremos “sacerdote libre”, puede vivir donde quiera; puede vivir solo, como
ermitaño o en comunidad.
La intención más íntima y la que ha acordado
luego de varias reuniones con su obispo, Mons. Bonnet, es la de instalarse en
Marruecos.
Béni-Abbès
Con el acuerdo del Arzobispo Guérin, Prefecto
Apostólico del Sahara, y el acuerdo de las autoridades civiles y militares,
fue, como capellán militar, en octubre de 1901 a las fronteras
argelino-marroquíes en Béni-Abbès, donde residía la guarnición militar.
El Padre Carlos es inmediatamente bienvenido a
un ambiente que conoce muy bien su atención pastoral está dirigida a oficiales
y soldados, pero como misionero se siente llamado a conocer y acercarse también
hacia la población local, para lo cual elaboró una larga lista de todo lo que
debería establecerse para evangelizar y ayudar a las poblaciones locales.
Escandalizado por la presencia de la
esclavitud, intentó protestar por correo. Pero fue una pérdida de tiempo, y
Mons. Guérin intentó moderar su ardor. Durante
este primer período de su vida sacerdotal, Padre Carlos desea fervientemente
evangelizar a Marruecos. Pero este país permanece cerrado a los cristianos y
franceses. Piensa entonces en el modelo de Zaouias, (pequeñas fraternidades)
que sirven como un lugar dedicado a la educación, la hospitalidad y la caridad.
El resto es una fascinante historia de amor
evangelizador, que poco a poco iremos refrescando en nuestra memoria.
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