En el silencio ensordecedor de la plaza de la reconciliación llena de corazones palpitantes, de oraciones repetidas, de reencuentros necesarios, camina un hombre, el más solitario de los hombres, de cuerpo cansado y mirar lejos, suplicante por la paz en el mundo, por el perdón y por la salud de la humanidad, por el amor Entre todos los hombres!
Es un hombre de fe, promotor de paz, de amor y conciliación, un hombre que, en su simplicidad, nos muestra el valor del silencio, en oración por el verdadero sentido de la vida que Cristo ofreció por nosotros.
En un llamamiento a la reflexión y al encuentro con Dios, a través de cada uno de nosotros, esta imagen de un hombre solo con el divino transmite más fe y más amor que una plaza llena de miles de seres queriendo ver o tocar al hombre solo!
Gracias Papa Francisco!
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